martes, 31 de agosto de 2010

Pausa

En el teatro es fundamental el manejo de las pausas. En el propio ritmo de los ensayos también. Siempre que la producción lo permite procuro hacer un paréntesis en el trabajo cuando el espectáculo está ya casi (in)terminado. Escribía en la entrada anterior que buscábamos ese punto de sazón en el que todo el trabajo acaba por cuajar, en el que todos los artificios que hemos puesto laboriosamente en marcha dejan paso a una fluida madurez comunicativa. Pues bien, en lo esencial ese momento ha llegado ya. Así que nos permitimos una semana de descanso, en la que habrá de darse algo semejante al trabajo del sueño, cuando bajo la apariencia de reposo el cerebro procesa y reelabora los restos de la vigilia. A la vuelta seguiremos a la caza de detalles que tendrán ya un lecho firme y flexible, vivo, sobre el que asentarse. (M.A.)

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